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Mostrando entradas de abril, 2016

Cuando el Nazareno me escarchó

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El inicio de la adolescencia no es fácil y más si tus papás son divorciados y las salidas de los fines de semanas se tornan en una pelea constante de recordar los malos momentos que hicieron que tus padres se separaran. Así estaba como a los 12 años de edad, cansada de ver a mi papá manejando mientras mi mamá recordaba algo de una pintura de labios que no era de ella y que, a pesar de la distancia, quería saber quién era la dueña. En ese momento le pedí a Dios ser grande y poder irme lejos, muy lejos de esa locura y no tener que cursar el postgrado en cómo montarle los cuernos a...

¡La embajadora del Cocuy!

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El cocuy me lleva a mi infancia en Barquisimeto , cuando en las vacaciones escolares íbamos a visitar a la abuela. A veces hacíamos un recorrido por los pueblitos cercanos, donde nos parábamos en casas coloridas para ver los tejidos y hamacas que vendían los lugareños, además de muñecas de trapo azules, negras y blancas, casitas para colgar en la pared, los mensajes de barro con el "Dios Bendice este Hogar" (Todavía no estaba de moda lo de "Tu Envidia me Fortalece") y jarrones pequeñitos de cerámica con una especie de sábila pintada de frente y vasitos diminutos guindados a su alrededor. Siempre quise saber qué guardaba esa artesanía hasta que un familiar compró la simpática botellita y, en la casa, le sacó el corchito que dejó escapar un fuerte olor a alcohol. Agarró uno de los vasitos que colgaban en el recipiente, se sirvió un chorrito de liquido transparente y me dijo que el cocuy era lo mejor que había para la salud, especialmente, si te tomos un poquit

Cuando me invitaron a Miraflores e hice que Chávez hablara con los medios

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¿Cuándo fue eso?, ¿seguro militaba parta el PPT ?, ¿qué horror?, ¿y Dulce era enchufada?, todas estas cosas he escuchado cada vez que comento que un día, exactamente un 18 de junio de 2002, me invitaron al Palacio de Miraflores como pasante del departamento de Asuntos Públicos del antiguo Ministerio de Energía y Minas . Era todo un acontecimiento, porque después de los hechos de abril, Chávez se había mantenido bajo perfil y casi no se sabía de él; por lo que todos los asistentes, más que saber del acuerdo gasífero "Mariscal Sucre" , querían ver cómo estaba el Presidente y el estado físico de Miraflores. Por lo que no fue sorprendente observar a un grupo de personas con buenos atuendos hablando en susurro cosas como: "Viste que el cuadro de Bolívar está más abajo que antes". "A mí me contaron que lo había volado de la arrechera". "Yo te cuento que ni pases por el pasillo porque parece que rompieron varias obras de arte".

El detrás de esta foto en... Choroní

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Andábamos totalmente libres y, cuando digo libres, no es que nos conocimos en una fiesta y al día siguiente nos fuimos por allí. ¡No!, nada de eso, él ya no laboraba en un diario capitalino, que estaba sufriendo unas fuertes discusiones con su grupo de empleados a raíz de la fusión del área impresa con lo digital, mientras esta servidora estaba trabajando en una agencia de publicidad donde aportada ideas, ideas, ideas y más ideas, pero sentía que mis esfuerzos tomaban los nombres de otros en las reuniones gerenciales.  Entonces, me dije: "¿En verdad me merezco esto? Así que, sin ponernos de acuerdo, renunciamos casi cerca de diciembre, ¡una locura para muchos!, pero sí, no nos importó el tema de las utilidades y nos fuimos de nuestro espacio de seguridad a la aventura, de sentirnos invencibles y con las ganas de trabajar por nuestra cuenta.

¡Vieron que fui reina!, aunque no con mi rey

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Estaba en tercer grado cuando la maestra entró y dijo que había que elegir a la reina de Carnaval del salón. A ver, vamos hacerlo democráticamente, cada fila (en total seis) debe seleccionar a una candidata, para luego escoger a la que representará al salón (así viví mi primera votación sin saber que perdería el número de las elecciones que viviría en mi querida Venezuela). En mi mente, ni pasaba la más remota idea de que la mayoría en mi fila diría mi nombre. Nunca me he considerado bonita y los que me conocen saben que ando desarreglada, pero siguiendo la historia, "Dulce" estaba con otros cinco en el pizarrón verde. Ahora cada uno debía agarrar la tiza y hacer una rallita al lado del nombre de su preferencia y, no, no se me ocurrió votar por mí misma. Luego de un conteo a viva voz, que nos permitió repasar Matemáticas, resultó que por dos puntos resulté ser la reina de tercer grado, sección C del turno de la tarde de la Escuela "Crucita Delgado". ¿Qué

Historias de Viaje o cuando empezó el amor. Mérida. Venezuela

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¿Qué quien me tomó la foto?, pues no fue ni mi mamá, ni algunas de mis hermanas o un familiar, quien agarró esa cámara Kodak negra con película de rollo 36 fue un chico, pero no cualquier muchacho. Déjame contarte, eran las vacaciones escolares del noventa y algo, quizás del 92´o 93´, lo que sí estoy segura es que ya tenía un mes completo en casa y, gracias a Dios, mi papá le dijo a mi madre que nos fuéramos de tour a Mérida . Así que mi mamá se fue a una pequeña agencia de viajes que queda cerca del Palacio de Miraflores, donde trabaja el Presidente de Venezuela (en esa época quizás Chávez era un simple golpista o planificaba hacer un golpe de Estado, en fin, un equis en la vida),  y tomó uno que nos llevaría desde el mercado de Mérida hasta los páramos y los famosos parques temáticos. Así que todo estaba listo para agarrar el bolso y esperar la fecha de partida en la estación de metro de Plaza Venezuela.