Parte III: ¿Que harías en un país extraño sin pasaporte, dinero y encerrada a la fuerza?
Abro los ojos. Todo sigue normal. Sigo otra vez en el cuarto rosa pálido, la maleta sigue allí, el sol brilla bellamente por la ventana de al frente. ¡Todo está normal! ¡Dulce, todo esta normal, fue solo una pesadilla gracias a Dios! Al voltear, allí está durmiendo como una piedra a tu lado. ¡No puede ser, no puede ser! Me paró, busco la cartera de rayas azules con amarillo y no está, no está. ¡Dulce, no sigas buscando que ese bolso se perdió! ¿Y por qué estás en mi cuarto? Porque es mi casa, porque me da la gana, será por eso. Eddy, necesito que me ayudes, estamos a martes de Carnaval y mi vuelo sale este viernes, dime qué se hace en estos casos. ¿Qué se hace?, hoy es feriado, hoy no se trabaja, hoy te toca aceptar que no puedes salir, ¡es así de sencillo! Mis lágrimas no me dejan ver bien el momento en que se para de la cama y se acerca a mí, y yo lo esquivó para sentir un empujón de su parte que me tira hacia la pared, mientras él sale de la habitación. Voy corriendo al bañ...