¿Que si te quiero?
Me preguntas si te quiero y, la verdad, es que a veces dudo de qué se trata el término. Mi crianza fue algo extraña, porque en vez de abrazos y frases de apoyo, lo que escuchaban eran gritos, portazos, ollas que caían al piso con algún plato roto. Sola, eso sí lo conozco al detalle, pues me ha acompañado desde que tengo uso de razón. Quizás, por ello, se me dé lo de escribir relatos, sobre todo, ficciones, porque en esa soledad miraba los huecos de la pared y me imaginaba personas viviendo en esas cavernas: ¿cómo se llaman?, ¿qué hacen?, ¿de qué viven?. Interrogantes que trasladaba a los materos donde colocaba casas de cartón con pequeños conucos donde sobresalían hamacas de miniatura, ¿serán felices?, ¿tendrán familia? Así paso mi niñez, hablando conmigo misma, armando prácticamente dos personalidades pues no tenía con quién hablar. ¿Si fui feliz?, no creas que eso solo me lo preguntas tú ya que, antes de ti, te han ganado varios psicólogos y psiquiatras. ¡A ve...